Juicios, Crear y Recrear – Carlos J. Echavarría – COLTEJER

JUICIOS, Septiembre 2 de 2009 

Alfredo Vanegas Montoya 

CREAR Y RECREAR – Incluye recuerdo de Don Carlos J. Echavarría –

 

Si usted puede pensarlo nosotros podemos hacerlo.

Los prejuicios acechan y la escasa autoestima nos devora. Víctimas de amigos, vecinos, maestros y pastores, crecimos en un entorno hostil que solo ofrecía castigo infernal, pérdida de notas y el agobiante descrédito ante propios y extraños. Tan sofocante atmósfera no puede ser propicia para la generación de nada. Mas, esos mismos duendes opresores agencian factores libertarios: Importan culturas foráneas. Recomiendan y venden libros. Proyectan películas. Retransmiten grabaciones y no pueden atajar el acceso intramuros de Radio, Televisión e Internet. Es hora entonces de aprovechar el giro de la historia e ingresar a la órbita estelar del creciente desarrollo.

Una promoción publicitaria de equipos de informática dirigida a los mayores afirma: Nuestros aparatos son los mejores. Pregúntele a sus hijos.

Ahora no necesitamos preguntar ni pedir permiso a nadie. Vamos a crear empresas !!!

Esta vigente oración que pregonamos, acompañó fructíferas labores de estadistas y agentes promotores de negocios. Antes difundimos otros principios muy valiosos en el ámbito académico: “Aprender haciendo y enseñar produciendo” bello y acertado lema aprovechado por UNESCO y que no vacilamos en aplicar y predicar desde el cargo de Secretario de Educación y Cultura del Departamento de Antioquia donde fuimos honrosamente designados por el ilustre Gobernador Jorge Pérez Romero.

Y como vamos a crear empresas ?

Con ingenio, tenacidad y de ser posible, pero no indispensable, con soporte empresarial y estatal fundidos en un crisol que recibirá el valor agregado de las necesidades.

Durante la segunda guerra mundial, con tierra, fue suplida la carencia de neumáticos y en casos extremos fueron lubricados los motores con bananos.

Una estría en un destapador de botellas lo convierte en abrelatas. Puede que exista, pero acabo de recrearlo.

Embelesado frente a una máquina retorcedora de hilo en una factoría textil de mi región concluí: “es posible suprimir, en muchos casos, el paso previo por la envolvedora si se integran las funciones con una retorcedora-envolvedora”. Mi conclusión fue acertada. La feliz recompensa fue una raqueta de ping pong de catorce pesos y cinco yardas de popelina blanca. 

Posteriormente fui invitado a conocer un cargador circular de bobinas para proveer de trama a los telares. A mi descripción en la Revista LANZADERA de ese novedoso accesorio, denominado por su marca UNIFIL, agregué: aumenta la producción, mejora la calidad y disminuye costos. La reacción se dio por doble vía. Desde una Vicepresidencia se pidió explicación, y casi la cabeza, de la dirección de la revista y fue amonestado sutilmente el técnico Albert Marcantonia. Un piso más arriba, en la Presidencia de COLTEJER, Don Carlos J. Echavarría dispuso que me enviaran un estilógrafo Parker enchapado en oro de excepcional factura. Con tan halagador presente llegó  la segunda tarjeta que del más importante líder empresarial de Colombia recibía. La primera me la envió de Filadelfia en respuesta a la felicitación que le cursé con motivo de su grado honoris causa otorgado por Philadelphia Textile Institute, ahora Philadelphia College of Textiles & Science de Philadelphia University.

CARLOS J. ECHAVARRÍA MISAS

El valor agregado a la retorcedora, la tarjeta para Don Carlos J. a Filadelfia y el artículo de LANZADERA fueron, sin permiso de nadie, mis más sólidas y primeras empresas. Con los años muchos Jaramillos, Uribes y Echavarrías aliados con Vanegas, Montoyas, Giraldos, Mejías, Correas y toda la genealogía del registro mercantil, nos han acompañado en la ya larga tarea en la junta y presidencia de la Cámara de Comercio de Medellín y otras organizaciones gremiales de Colombia y el exterior.

Porque insistir en mesas de cuatro patas si las de tres no cojean ?

Y para que sirve la placa o chapa delantera en los vehículos ?

Analicemos e impulsemos éstas y otras prósperas iniciativas que de adoptarse darían bienestar y mucho aportarían a la economía nacional. Luchemos con los agentes de la industria mundial del acero que impedirán que un país con más de cuarenta y cinco millones de consumidores rebaje su participación en tan rentable negocio.

Hace poco empezaron a cobrar las bolsas plásticas utilizadas en dos grandes supermercados españoles para empacar las compras. El efecto estaba previsto. Menor consumo de bolsas, baja en la contaminación con excedentes de plástico y una significativa rebaja de costos que generará utilidades para accionistas y clientes.

Vamos a crear empresas! Es una tarea fácil. En muchos países con mayor desarrollo relativo, especialmente en los Estados Unidos, las familias en singular convite preparan durante el invierno el “Garage Sale”. Desde el inicio de la primavera, sábados y domingos se instalan mesas con rezagos y materiales innecesarios, generalmente en buen estado, que ya no usan o que nunca usaron.

Tremenda microempresa puede ser un “Garage Sale”.Vendedor y comprador quedan satisfechos. Este por lo adquirido y aquel por el espacio liberado y las ganancias obtenidas. Tampoco es escasa la función social. Fui testigo de conmovedora escena en Oradell, pequeña ciudad de New Jersey. Una hermosa y modesta emigrante oriental acompañada de su hijita, con suma discreción tomó varias prendas de vestir y preguntó a la dueña, esbelta americana, cuanto valían. La propietaria, después de un amable e impresionante cruce de miradas, le replicó: le sirven ?  A la respuesta afirmativa siguieron, alternas, estas expresiones: No vale nada. Gracias. Dios la bendiga. Americanos y Orientales en la mesa del jardin, frente al garaje, se tomaron sendas cocacolas y cafés con galletas acompañadas de esas miradas celestiales que jamás olvidaré. Nacieron ahí dos macroempresas en el corazón de dos familias cuya amistad, por el azar, me honra.

En la calle, en la casa, en el trabajo, en cuya sea la parte, abundan las empresas. Nos da pereza agacharnos para recogerlas. Las dejamos pasar de largo por temor a asirlas. Mejoremos lo bueno y aprovechemos los recursos a nuestro alcance. Si no tenemos trípode utilicemos, en la calle, un recipiente de basura para colocar la cámara fotográfica y hacer la foto con autodisparador. Así no perturbamos al peatón desconocido.

Cualquier máquina, por perfecta que sea, es susceptible de mejorar.

Cuando Apple lanzó al mercado el Iphone, bloqueado y comercializado en Estados Unidos exclusivamente por la empresa AT&T,  muchos usuarios lo adquirieron y con sus propios medios tecnológicos lo liberaron con un sólido expediente. “Es nuestro y podemos hacer con él lo que queramos”. Vinieron luego programas desarrollados por fuera de la organización de la célebre manzana y a la postre los noveles técnicos fueron acogidos y muy bien remunerados por su ingenio. Todos ganamos, Nerds, Hackers, Usuarios y Apple.

Se de empresas que modificaron sus equipos importados gracias a las ideas de sus operarios. La segunda versión, hecha en Colombia, superaba con creces el diseño y utilidad originales. El respeto de la propiedad intelectual es compatible con el avance tecnológico. Un cambio profundo o simple a un prototipo lo hará diferente. Esa diferencia pertenece a los otros innovadores.

Dos anécdotas

En el agropecuario municipio de La Unión, Antioquia, centro papero por excelencia, les comenté a los clasificadores del tubérculo que existían unas mallas con calibre ajustable para hacer la separación según el tamaño. Gentilmente me suplicaron: no le cuente eso al patrón porque perdemos el empleo. Mantuve la reserva inútil porque Don Javier conocía las mallas, prefería la separación manual y el bienestar de sus coterráneos.

Le pregunté a la vendedora de Empanadas Envigadeñas en la plaza de San Antonio de Pereira, en Rionegro, acerca del secreto de su producto y me respondió: un amigo compró la fórmula y me la regaló. Scotch, Cognac y Rioja obedecen a sus regiones de origen. Pero buenos wiskis, brandis vinos y empanadas pueden producirse en cualquier lugar del planeta. Mendoza en Argentina, múltiples valles de Chile y el Valle del Napa en California, Estados Unidos, son tierras de vinos y espirituosos que compiten a la par con las más célebres cepas europeas. En Sidney, Madrid, Nueva York y Tokio elaboran  “Empanadas Envigadeñas” made in Australia, España, USA  y Japón.

Vamos a crear empresas! Mejoremos los esquemas tradicionales y cambiemos las rutinas. Démosle mayor valor agregado a nuestras vidas. Ahí está el secreto del crecimiento económico personal, nacional e internacional. 

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Comentario del Periodista Oscar Domínguez Giraldo:

Alfredo, salud.

Para mí es como si estuviera acabado tu ensayo. Está más carnudo que una empanada del país paisa. Veo que tienes experiencia en el ramo empresarial. Has visto crecer y ayudado a crecer muchas empresas. Además, el texto está muy bien logrado. Así que estábamos muy bien de profesor de literatura en La Salle de Envigado. A propósito: he comido de las empanadas envigadeñas. Cerca viven mi mamá y dos hermanas. Hay que ir temprano porque se acaban en un dos por tres. Gracias por compartirlo. ¿Y qué pasó con otros profesores como el hermano Germán, «Dictadura», Luis? ¿O los hermanos Monsalve?

Oscar Domínguez Giraldo